domingo, noviembre 29, 2009




A Carlitos lo mandan los domingos a comprar el periódico, y aunque no lo parezca, eso para él es una estupendosidad por una razón muy simple: Con las vueltas que le dan en el kiosco (que son más bien rácanas ya que su padre siempre le da el dinero bastante justo porque dice que no está el horno para bollos, cosa que Carlitos no entiende porque cuando pasa por delante del horno el escaparate sigue tan lleno de bollos como siempre y hay cola para comprarlos; Conclusión: El horno que no está para bollos debe de ser el de casa, así que Carlitos nunca le da de comer, no sea que le siente mal y luego haya que limpiar)se compra un globo, que convenientemente inflado, le ahorra el pateo de vuelta. Puede además, desde las alturas, saludar a los gatos que se enroscan al solete en los balcones, cotillear qué desayuna la gente en los primeros pisos (café con rosquilletas las abuelitas y migas de rosquilletas los gatos), redireccionar a su antojo las palomas que vuelan bajo apuntando a los sombreros de los señores y, por si esto fuese poco, además no pisa mierdas de perro. Por todo ello, viva el periódico de los domingos.

3 comentarios:

LuisNCT dijo...

oou que genial y que perspectivas mas locas!

zetadoble dijo...

¿perspecomoooor?

Jesús Belly 3114 dijo...

buenisimo!!!